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“Los políticos están ayudando a los padres de Madeleine y olvidando los desaparecidos españoles”
En España hay 14.000 personas desaparecidas mientras que en los cementerios descansan 5.00 cadáveres sin que sepamos quiénes son. ¿El Gobierno hace algo para remediar esta situación? “Hemos avanzado en la identificación genética y en la unificación de las bases de datos de la Policía y la Guardia Civil, pero son avances nimios”, se queja Juan Bergua, un padre que lleva buscando a su hija Cristina Bergua más de 10 años. Por ello contribuyó a la fundación de la asociación de Desaparecidos "Inter-sos", para evitar que casos como el de su hija caigan en el olvido. 
No buscan a los desaparecidos, pero a veces los encuentran. Por Francisco Pérez Abellán
Los familiares de personas en paradero desconocido ponen en marcha este tipo de iniciativas porque, como dice Juan Bergua, “en España desgraciadamente no se da mucha importancia al tema de los desaparecidos”. Tan poco es el interés que despierta en los políticos que “hemos solicitado en el Congreso que declaren el Día 9 de marzo como día Nacional de las personas desaparecidas sin motivo, pero hasta ahora no nos han hecho caso”, asegura Bergua.
Pero la tarea de llevar a cabo una campaña no es fácil. La abogada Emilia Zaballosremarca en Caso Abierto que “normalmente es la propia familia quien debe encargarse de recordar el caso de manera activa, para que no se olvide. Para llevarlo a cabo importa mucho la situación económica de los familiares, la repercusión del caso en los medios y los contactos”.
Uno de los casos más sonados a nivel internacional es el de la niña británica Madeleine. Para Juan Bergua, que busca a su hija desde hace 10 años, es indignante que “los políticos estén ayudando a los padres de una niña extranjera, que es cierto que necesitan todo el apoyo, pero sin embargo no ayudan a los familiares que tienen desaparecidos en nuestro propio país”.
No sólo no se busca bien una vez desaparecidos, sino que cuesta poner en marcha el dispositivo de busca. Bergua nos relata que los familiares “cuando vamos a poner una denuncia por la desaparición de un hijo o algún ser querido, siempre nos recomiendan que esperemos 24 ó 48 horas antes de iniciar la búsqueda. Sin embargo, esos primeros momentos son vitales”.
Si la desaparición finaliza con la peor de las noticas, el hallazgo de un cadáver, no termina el calvario para la familia, ya que las pruebas de identificación no son nada fáciles. Juan López Palafox, coordinador de Odontología Forense de la Universidad Alfonso X El Sabio, nos explica que “un cadáver sin nombre hay que estudiarlo minuciosamente, no se puede pasar nada por alto. Hay que examinarlo sin manipular el cuerpo. Se radiografía el cadáver, se toman fotografías dactilares y se recogen muestras para cotejo de ADN”.
Pero las pruebas de ADN son muy costosas. López Palafox señala que “cada una de ellas debe rondar los 2.000 ó 3.000 euros”.
En el caso de que no se encuentre a la persona ni viva ni muerta, el caso seguirá abierto ya que como apunta Emilia Zaballos, “legalmente no se recoge la prescripción de ningún desaparecido. No se puede tampoco eliminar ninguna ficha de los registros sin que exista un motivo concreto y de peso para ello”.
